La casualidad más bella Coincidir fue nuestra cita tras aquel ordenador, En la cual la espera incita, la ansiedad de cada día; coincidir es la más bella casualidad de mí vida. Prohibido para la vista de los hombres sin objetivo, más para nosotros el vivir cada cita con ilusión, hablando, planeando nuestro posible encuentro. Pensar acrecienta todo aquello dando pie a sentir ardiente nuestra pasión, el deseo de respirar hasta el mismo aire y tocar piel a piel nuestros cuerpos, que ironía; amar con tampoco. No quiero pensar, ni adelantar los pensamientos de mujer, creando ideas donde no las habrá se que no eres mio y duermes tristemente en otros brazos y con ella tienes grandes lazos. Más se que en mi piensas al cerrar tus ojos cada noche, noches que yo desvelo por tí creando mágicos momentos en mi mente que al día siguiente te los hago felizmente presentes. Vivo a tú sombra, a la espera de una llamada, de un escrito; tu preguntas ¿Qué somos tú y yo? Y sólo puedo responder
